13 de setiembre 2020 - N°53
EDITORIAL:
"VAMOS A RECICLAR" DICEN LOS CANDIDATOS, COMO SI FUESE ALGO SENCILLO Y CONTARAN CON LOS RECURSOS PARA HACERLO
Hace poco más de dos décadas que los gobiernos departamentales en acuerdo con diferentes industrias y organizaciones sociales han promovido e implementado diversas iniciativas de reciclaje. Muchas de ellas naufragaron y otras apenas se sostienen con tasas de recuperación muy bajas.
La cantidad de residuos per cápita ha crecido exponencialmente, debido a varios factores entre los que señalamos: a) sustitución de los envases y otros recipientes retornables de plástico o de vidrio por envases descartables de materiales similares u otros, b) crecimiento de la población, c) mayor poder adquisitivo de los habitantes, d) menor vida útil de innumerables artículos de uso masivo (muebles, colchones, electrodomésticos, aparatos electrónicos y otros).
En este período los gobiernos locales se vieron desbordados por el abrupto crecimiento de residuos y los servicios de recolección no se adecuaron a tiempo al nuevo escenario. Menos aún lo hicieron los diferentes gobiernos nacionales, hace ya muchos años imposibilitados como autoridad ambiental de exigirle a los gobiernos departamentales dos cosas: sitios de disposición final que cumplan con las mínimas exigencias ambientales, y que en los mismos no trabajen personas de modo informal, en paupérrimas condiciones de higiene.
La basura es un problema país.Todos los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno y también el parlamento nacional han pegado casi siempre en la herradura y no en el clavo.
Hay que reciclar, eso está fuera de toda duda, pero antes de continuar por caminos que no han dado resultados positivos hay que preguntarse varias cosas, porque el reciclaje lleva inversiones fijas y gastos permanentes. El reciclaje es negocio solo a gran escala, o sea para aquellas empresas que están en la cima de la cadena vinculada a un material, por ejemplo el cartón y el papel, determinado plástico, hierro, metales no ferrosos o aparatos electrónicos.
Para comenzar deberíamos preguntarnos lo siguiente:
- ¿Quién debe hacerse cargo de las múltiples inversiones que el reciclaje demanda?
- ¿Acaso es posible financiar dichas inversiones y gastos permanentes de recolección con lo que se pueda recoger?
- ¿Vale la pena recoger cosas que si bien son reciclables luego -por diferentes razones- no son comercializables y van a la basura?
- ¿No habrá antes que contar con un plan nacional de residuos que defina cuales son las principales fracciones a recuperar y, de modo previo, saber cuáles irán directamente a disposición final hasta que no tengan una mejor solución?
- ¿Por qué el reciclaje se ha convertido en un escenario ideal para que unos culpen a otros? Se dice que las intendencias no reciclan, que las empresas son las contaminantes y que los uruguayos son sucios. El fuego cruzado no es el modo de resolver el problema.
- ¿Por qué nunca se transparenta la larga cadena de trabajo informal de miles de clasificadores de todo el país que reciben precios bajos, cuando no irrisorios, por los materiales que clasifican y venden , que son, por otra parte, los que permiten que el reciclaje sea un gran negocio solo para un pequeño grupo de empresas oligopólicas o monopólicas?
- ¿Por qué el reciclaje se presta tanto para promesas sin propuestas?
Responder a estas y otras preguntas nos podría llevar por nuevos caminos en materia de soluciones para el problema de los residuos, una materia pendiente a nivel nacional y que todo parece indicar seguirá en el debe por varios años más.
DÉCIMAS AMBIENTALISTAS
ESTÁ BUENO RECICLAR
Está bueno reciclar
pero cuesta mucha plata
abundante perorata
nos pide clasificar
el tema es como juntar
tanta cosa descartable
si es un precio miserable
el que te paga el mercado
mirá que está calculado
no es un negocio rentable.
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